Un artículo de opinión de Kolosa Madikizela, Director de Pragma Gestión de Activos Empresariales
La gestión proactiva de activos empresariales es más que solo la infraestructura y equipo. Como capital humano, impulsamos los valores culturales y el comportamiento necesario para implementar estrategias de mantenimiento y realizar las actividades requeridas para un rendimiento óptimo de los activos. Sin embargo, el papel que juegan las personas en la gestión proactiva de activos empresariales todavía está poco investigado, a menudo ignorado o considerado sin importancia.
Incluso los avances tecnológicos en maquinaria pesada y operación de equipos no han erradicado la necesidad de interacción humana con los activos. Las personas siguen siendo una parte vital de la operación de activos y equipar eficazmente a los empleados con las habilidades adecuadas para gestionar y operar maquinaria sigue siendo esencial.
Un enfoque centrado en las personas para la gestión proactiva de activos empresariales
Independientemente de la industria, las organizaciones no pueden existir sin capital humano. La importancia de las personas como activos no puede ser exagerada. Es sorprendente que solo unas pocas organizaciones prioricen el capital humano y carezcan de un enfoque estratégico para maximizar estos activos. La historia ha demostrado que las organizaciones que invierten en su gente obtienen recompensas. Esta filosofía se aplica ahora más que nunca a la gestión de activos empresariales. Gestionar activos es crucial para el rendimiento empresarial, así como lo son los empleados encargados de operar estos activos físicos. En palabras de Sir Richard Branson: “Cuida a tus empleados y ellos cuidarán de tu negocio. Los empleados saludables y comprometidos son tu principal ventaja competitiva”.
Aunque no se puede ejecutar sin personas, muchos empleadores no consideran el aspecto humano cuando se trata de estrategia. Los beneficios de las iniciativas centradas en las personas son a menudo intangibles, lo que hace que sea desafiante rastrear y medir. Se vuelve muy fácil para las empresas favorecer e inclinarse por iniciativas de resultados mientras descuidan invertir en sus empleados.
En los últimos años, las industrias han experimentado una creciente escasez de talento humano. La falta de inversión continua y el mejoramiento de las instalaciones de capacitación técnica es una fuerza motriz importante detrás de este problema que atraviesa industrias y organizaciones.Cuando no se ha realizado una inversión en los operadores, esto tiene un impacto directo y negativo en el rendimiento de los activos.
La gestión financiera en las organizaciones es crítica, pero a menudo un enfoque solo a resultados financieros es perjudicial para el mejoramiento de los empleados. En estos casos, las organizaciones optan por recortar al máximo los presupuestos de capacitación, bienestar y formación de equipos. Durante tiempos económicos desafiantes, las organizaciones necesitan ser creativas para encontrar formas de hacer provisiones para programas de empleados, en particular aquellos que contribuyen al desarrollo de habilidades y fomentan la cultura de la empresa. Impulsar la gestión proactiva de activos empresariales para alcanzar la excelencia operativa sin invertir en las personas que deben hacerlo es un ejercicio inútil.
El impacto del aspecto humano en la gestión proactiva de activos empresariales
Los beneficios intangibles de la inversión en empleados contrastan fuertemente con los costos asociados a los daños causados a equipos o activos por operadores no capacitados o sin habilidades. Es importante que las personas formen una parte integral de la cadena de valor de la gestión de activos empresariales. Sin el enfoque en desarrollar el conjunto de habilidades adecuado en las personas para entregar una gestión de activos empresariales de calidad, las estrategias de mantenimiento no pueden implementarse con éxito.
La gestión de personas necesita un enfoque diferente debido a la naturaleza intangible del valor que aportan a la gestión proactiva de activos empresariales. Por lo tanto, se requiere un enfoque más enfocado y deliberado, que debería incluir (pero no limitado a lo siguiente):
Simplemente, crear un ambiente de trabajo cálido con oportunidades de aprendizaje no es suficiente. Se necesita un enfoque optimizado y deliberado, alineado con objetivos estratégicos para crear un ambiente de trabajo orientado a aprovechar todo el potencial de su capital humano. Algunas de las principales iniciativas que se deben incluir son:
- Capacitación y desarrollo de habilidades con claros caminos de aprendizaje
- Compromiso del empleado
- Coaching y mentoría
- Herramientas de gestión del rendimiento adecuadas basadas en datos confiables
- Gestión de la transformación y la diversidad
- Planificación de retención y sucesión
- Foros donde se discutan abiertamente la diversidad cultural, de género, cognitiva y la colaboración para fomentar la inclusividad
No se puede poner precio a la tranquilidad que viene de saber que su equipo o activos son gestionados y operados por empleados altamente calificados. La capacidad de realizar tareas, el trasfondo cultural y los intereses personales pueden hacer una contribución positiva a la gestión proactiva de activos empresariales y, por lo tanto, deben considerarse a nivel estratégico.
Mientras que la propiedad y la responsabilidad son algunos de los valores más críticos que los empleados pueden aportar al ambiente de trabajo, estos son a menudo los más subestimados, cuando estos dos valores pueden hacer o deshacer una organización, incluida la nuestra. Para seguir siendo la empresa líder en gestión de activos empresariales que somos hoy, necesitamos asegurarnos de que nuestra gente se adueñe y sea responsable del éxito de nuestra estrategia, objetivos y los ejecute de acuerdo a este plan. Lo mismo se aplica a aquellos en primera línea, realizando actividades de mantenimiento. El valor del aspecto humano en la ejecución exitosa de la gestión proactiva de activos empresariales debe de ser prioridad. La gestión efectiva del potencial humano para derivar valor tangible a través del rendimiento mejorado se convertirá en un diferenciador para organizaciones altamente exitosas y prósperas.
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